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También en los grupos que reúnen a videógrafos en facebook se acostumbra pedir consejos respecto al modo de proceder frente a las dificultades surgidas en la relación con el cliente, práctica que podría considerarse beneficiosa. Aunque he observado, ante la aparición de los primeros percances o contratiempos, que buena parte de los colegas sugiere cortar de cuajo lo que, quizá con más futurología que certeza, aseguran se convertirá en un vínculo comercial problemático. Hace unos meses, un compañero recomendaba “mandar a la mierda” a un potencial cliente que “se había puesto pesado”; al parecer, insistía con algunas preguntas puntuales relacionadas con la dinámica laboral del realizador, peticiones que éste “no estaba acostumbrado a escuchar ni responder”. A la larga te va a traer problemas, mandalo a la mierda. Debemos suponer que la sugerencia, tristemente aplaudida por algunos miembros del grupo, recomendaba “cortar por lo sano”, finalizar la entrevista. De cualquier modo, es lícito recordar que la continuidad de un oficio como el del realizador audiovisual difícilmente podría apoyarse en los principios de la intransigencia.

Ahora bien, si descartamos la catarsis y concordamos en que un profesional con suficiente experiencia sabría cómo proceder ante situaciones que le son adversas, podemos deducir, siempre en relación con el tema que estamos tratando, que quien busca asesoramiento entre los videógrafos del grupo es una persona que hace poco tiempo ejerce la actividad. Y este es precisamente el punto que me preocupa, ya que tal vez, y encabritados en ese ideal de “hacernos respetar” a cualquier precio y así “dignificar el oficio”, estemos difundiendo el peor consejo para quienes no cuentan aún con la práctica necesaria o desconocen cómo franquear estos conflictos, dificultades que, de un modo u otro, siempre han existido en el terreno mercantil.

“Hacerse respetar” tiene mucho más que ver con intentar reflexionar sobre cuán variado puede ser el universo que rodea y engloba a los realizadores de videos que con volvernos inflexibles. Si, como he leído en un sinnúmero de oportunidades, se pretende dignificar la tarea del profesional del video, también debiéramos empezar por la Internet, concientizando a las personas que arriesgan sus primeros pasos en este oficio respecto al real esfuerzo que significará convertirse en un realizador audiovisual responsable, que el realizador intolerante, el duro, el John Wayne de los videógrafos, corre el riesgo de quedarse sin clientes.

Es cierto que en el mosaico social donde profesamos el oficio no faltará el “cliente difícil”, pero también lo es que nuestra forma de proceder puede ser determinante para permitir o no que la actitud que nos incomoda se desarrolle hasta el punto de ser una verdadera molestia. Y no hablo de “agraviar” sino de “escuchar” a quien, en tantas ocasiones por ignorancia o desconocimiento respecto a los alcances de nuestra actividad, puede sorprendernos con planteos y requerimientos impensados.

Como realizador de videos, que ha hecho de este oficio su único medio de subsistencia, entiendo que es parte de mi tarea tornar oportunas situaciones que quizá en un primer momento no lo parezcan; esto no significa que me convertiré en un perrito faldero o derribaré mis precios para que el posible cliente tome ventajas, sino que intentaré aguzar mis sentidos para seguir beneficiándome con mi trabajo, elaborando estrategias para captar la mayor parte de ese tejido de personalidades que me visita y, sin roces evidentes, engranarlos en mi sistema u organización. Claro que esto no siempre es fácil ni posible, pero me ha sorprendido en más de una oportunidad observar cómo el poner las cosas claras, desde el principio y sin titubeos, puede ser suficiente tanto para desembrollar un malentendido como anular una mala costumbre.

Considerando el tema que me ha impulsado a escribir este artículo, y tras leer el desarrollo de algunos contenidos vinculados con nuestro oficio, me ha parecido advertir que algunos compañeros sobrestiman el rol del realizador audiovisual en el seno de la sociedad que nos permite existir. Claro que la tarea que llevamos adelante importa, y mucho, pero frente al compromiso de grabar una fiesta, por ejemplo, “somos piezas articuladas de un mecanismo, no “el” mecanismo”. Admito que sin videógrafo no hay registro audiovisual programado, pero no es verdad que el acontecimiento o cualquiera de sus segmentos se cancela si no estamos presentes. Estoy convencido de que nuestra actitud, o mejor: la suma de nuestras acciones conjuntas, nos acercará tanto como nos alejará de la calle de los actores sociales prescindibles o sustituibles. Aun aceptando que cada realizador es poseedor de una mirada singular, de un producto inimitable, es preciso recordar que, salvo excepciones puntuales, a los ojos de un potencial cliente bien podemos encarnar sólo una alternativa más en su camino por hallar y contratar un videógrafo.

Antes escribí que he hecho de la realización de videos mi profesión; según esta aseveración su ejercicio me convertiría en un profesional, aunque tal vez podríamos convenir en que esta posición, de por sí, no es sinónimo de idoneidad. En otras palabras: el mero hecho de practicar un oficio y la pretensión de seguir haciéndolo (mientras estas acciones no vayan acompañadas de otros atributos) no significa que estoy calificado para ejercerlo adecuadamente en todos sus aspectos. Según mi criterio, lo que nos convierte en “profesionales idóneos” es una conjunción de cualidades entre las que tienen gran peso la capacidad para tratar y respetar a las personas con las que mantenemos un vínculo dentro del ámbito comercial, la buena predisposición que manifestamos ante cambios de rumbo o imprevistos, nuestra capacidad para “ver” y “valorar” el mundo del otro… en fin, no sólo lo referente al espacio técnico o de la estricta ejecución.

 

Ariel García
Realizador Audiovisual

Filosofía del Video Social / Proyecto de Ariel García

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Filosofía del Video Social 9: "¡Mandalo a la mierda!" ArielArticulosVideografosAriel Garcia Videographer,filosofia del Video Social,Proyecto de Ariel Garcia,Video articlesTambién en los grupos que reúnen a videógrafos en facebook se acostumbra pedir consejos respecto al modo de proceder frente a las dificultades surgidas en la relación con el cliente, práctica que podría considerarse beneficiosa. Aunque he observado, ante la aparición de los primeros percances o contratiempos, que buena...El Blog de los Fotografos y los Videografos