El Cortometraje, en el video social

Dec 2nd, 2013 | By | Category: Seminarios / Expos / Trade Shows, Videografos

El Cortometraje, en el video social

Algunas líneas de la ponencia de Ariel García, impartida en el marco del taller “El Cortometraje, en el video social”, dictado el 26 de noviembre de 2013 en Rosario, Argentina. A lo largo de la jornada, disertaron: Ariel García, Fernando Amorelli, Cisco Fernández y Gabriel Carestía. El seminario, difundido oportunamente por Punto Magazine, contó con la moderación del Adrián Aguiar.

 

 Síntesis

Quienes realizamos audiovisuales conocemos perfectamente el significado del término “cortometraje”; sabemos que se trata de una producción de duración breve, y aunque no existe una determinación estricta respeto al tiempo en que debiera prolongarse, podríamos convenir en un tope máximo de treinta minutos. Ahora bien, nosotros hemos querido situarnos especialmente en un contexto, el del “video social”. Este término, por supuesto, adoptado en su sentido coloquial, porque si aceptásemos el concepto en toda su longitud debiéramos admitir que “video social” podría englobar a la inmensa mayoría de los existentes, incluso los que han registrado la actividad de una colonia de abejas.

El cortometraje, en el video social, guarda características explícitas que lo convierten en una expresión audiovisual distinta a las demás; considero un error, y muy grueso, medirlo con la vara que calcularíamos las propiedades de un corto realizado fuera de este contexto específico, donde, por ejemplo, se dispone de los días y horarios necesarios para ejecutar múltiples tomas, instalar el equipamiento adecuado acorde a los diversos emplazamientos, la presencia de más de un operador atendiendo las instancias de la producción, el control de las locaciones, la financiación requerida para tal empresa y todos los etcéteras que pudiésemos imaginar.

Entiendo que tanto por su significado como por las limitaciones específicas que su construcción conlleva, el cortometraje, en el video social, constituye un género singular en la edificación audiovisual. ¿Cuáles son las particularidades que lo emancipan de otras realizaciones posibles fuera del contexto? Podría citar, en contraste con las mencionadas en el párrafo anterior, la ausencia de actores de trayectoria profesional (las personas que actuarán en estas historias, serán nuestros clientes y sus familiares y amigos), el sentimiento que busca provocar en el espectador, los escenarios ajustados a las posibilidades del nuestro cliente, el apretado presupuesto, el modo con que nos lleva a aguzar la inventiva y la improvisación, su integración como una pieza más en el complejo mecanismo de una fiesta, la audiencia y el entorno en que se desarrolla y será exhibido.

La estructura literaria de un cuento es similar a la armadura de un corto, los sostenes son análogos, sólo que en aquél las figuras han sido expresadas con giros y palabras y cada lector ha puesto en marcha su imaginación para traducirlas. En un cortometraje debemos mentir muy bien la verdad, ya que el espectador está atento a ciertos detalles que no podrá  “corregir” con la inventiva en caso de presentarse “imprecisos”. Pero,  salvando las diferencias de género, cuento y cortometrajes guardan analogía. Leer nos abre el camino para emprender el ejercicio de la representación, acercándonos una idea más ordenada en lo referente a la concatenación de los planos y esquemas visuales, ya que pudimos imaginarlos, antes, inmersos en la lectura de algún libro.

Para que el disertante pueda internarse en la composición de un guión y salir indemne es preciso que cuente con determinada formación literaria; es cierto que, el producto final, tomará la forma de un audiovisual y no la de un libro de texto, aunque también lo es que sin guión no hay cortometraje, ¿por qué no hay cortometraje?, sencillamente porque, en tal caso, el guión literario es el lazarillo de los realizadores.

El primer escalón en la construcción de un cortometraje es IMAGINAR; si no imaginamos no podemos escribir. Sin imaginación no hay texto y sin texto no hay guión literario: el primer paso para construir la historia.

A la narración concluida, al texto que” relata”, lo llamaremos Guión Literario. Este formato dará espacio al Guión de Rodaje, que incorporará nueva información. Dado que una productora de videos sociales no suele contar con numerosos departamentos donde los trabajadores deben interpretar el guión de manera inequívoca y en perfecta concordancia ahorraremos algunos pasos. En el aspecto que estamos tratando, cuando logramos la comunión entre Practicidad y Organización, alcanzamos también la posibilidad de plasmar, en la realidad, el cortometraje pretendido.

El guión que nos orientará en la dinámica de esta historia, será un documento de producción mucho más sencillo que el aprovechado para una obra cinematográfica. Dada la elevada posibilidad de que se produzcan cambios a última hora (amigos o familiares que no pudieron asistir u otros que se agregaron el día de la grabación), la necesidad de acomodarnos a diversas circunstancias y el desconocer  las capacidades, para representar un papel, de las personas con las que vamos a encontrarnos recomiendo invertir tiempo en un diagrama claro, modificable y que no implique dificultades de comprensión.

Como he citado en el encabezamiento, el martes 26 de noviembre dictamos en Rosario, Argentina, un taller de guión y cortometraje; en él realizamos un audiovisual en vivo, frente a los asistentes y a modo de ensayo práctico. Seleccionamos, entre el público, a tres concurrentes  para interpretar papeles: Analía, Martín y Hugo. Lo hicieron muy, pero muy bien.

Dejo, para los lectores de Punto Magazine, tanto el cortometraje Fugitivo, mencionado en el párrafo precedente, como el backstage del corto, matizado con tomas diversas de la jornada del taller El cortometraje, en el video social:

Cortometraje Fugitivo

Backstage

 

Ariel García

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