¿Cinematógrafo de Bodas?

Mar 25th, 2013 | By | Category: Articulos

Debo reconocer que Cinematógrafo de Bodas suena lindo; la expresión trae prendida una racha de esa fantasía fascinante que llamamos cine y es, probablemente, con su encanto y su arte que el realizador pretenda investir su trabajo autodenominándose de tal modo. Involucrar el término en publicidades gráficas o invocarlo en reuniones con el propósito de impresionar a determinados clientes posibles podría tornarse una estrategia efectiva, aunque quizá convengamos en que por sí mismo, sin el apoyo de un producto que denote aptitud, el poder de este enunciado se derrumbaría antes de alcanzar el objetivo; pero suena lindo, admito que Cinematógrafo de Bodas suena lindo… pero no más que eso.

Aplicar el concepto Cinematógrafo de Bodas a un realizador audiovisual, iniciador o heredero de expresiones estéticas definidas o por definir, dedicado exclusivamente o no a la grabación o filmación de bodas, es, decididamente, erróneo. Cinematógrafo es un aparato, un dispositivo capaz de filmar y proyectar imágenes en movimiento; el término, aunque en ocasiones se extienda al espacio donde se exhiben las películas, jamás podría acomodarse a una persona. Reitero, quien, en el contexto adecuado y en la forma correcta, pronuncia o escribe cinematógrafo no está refiriéndose a un cineasta, tampoco a un realizador de videos ni nada que se le parezca sino a una máquina patentada en el año 1894, creada, lo sabemos, por los hermanos Lumière. Aprovecho la ocasión para recordar al desdichado Louis Le Prince, quien fuera, según mi parecer, el legítimo inventor del cine; pero esta es otra historia.

El término cinematógrafo está compuesto por la palabra kínema (movimiento) y el lexema graphein (grabar, escribir). El vocablo griego kínema está formado por el verbo kíneín (mover) y el sufijo -ma (resultado de la acción).

Algún compañero pensará que estoy hilando demasiado fino; la verdad es que no lo creo. Pudiera considerarse justo o no, pero lo cierto es que también se nos conceptúa por la manera que hablamos y el buen dominio del idioma se convierte en una condición valorada por el interlocutor o el oyente, y entre estos incluyo al cliente posible.

En la más benévola de las situaciones, frente al dialogante instruido, quien dice ser un cinematógrafo puede pasar por verdadero desconocedor o desinformado. Si el afán por implicar conceptos comercialmente pintorescos o avanzar con maniobras tendientes a innovar y destacarnos dentro del conjunto no está acompañado por la congruencia corremos el riesgo de caer en equivocaciones groseras, como la que señala y descubre este artículo.

Ariel García
Realizador de Videos

Ariel García

Crea tu insignia


Tags: ,

4 Comments to “¿Cinematógrafo de Bodas?”

  1. SANTI VEIGA | life&emotions says:

    Interesante articulo, gracias por la puntualizacion y aclaración de esta palabra tan extendida

  2. Beto says:

    ¿Un Juego de Palabras pesa más que Una Tendencia en Video que se llama Cinematografía para Bodas?… Me imagino Ariel que, conoces la cantidad de elementos que se necesitan para realizar la cinematografía para Bodas… También se hace video para bodas y como dice, esa es otra historia!!!

    Saludos!!!

  3. Ariel says:

    Gracias, Santi Veiga, por leer el artículo y acercar tu comentario.

    Cordial saludo.

  4. Ariel says:

    Gracias, Beto Orduña, por hacerme llegar tu parecer respecto al tema.

    Reproduzco, en este espacio, la respuesta que te dirigiera en otro medio, donde pude reconocer en ti a una persona íntegra y predispuesta al intercambio de opiniones.

    El propósito de este artículo no es negar la “Cinematografía para Bodas” como género más o menos definido, sino la inexacta aplicación del término “Cinematógrafo” a la persona que filma, graba o realiza trabajos enmarcado en esa u otra escala.

    Considero sería de provecho debatir (en otra ocasión, por supuesto) si la llamada “Cinematografía para Bodas” reúne elementos como para aspirar a considerarse una categoría dentro de la composición audiovisual, si las obras enmarcadas en esa condición comparten y revelan una cosmovisión, si poseen una carga valorativa similar o intervienen estilos narrativos que se afirman preponderantes, y esto más allá de que la puesta en escena se nos presente semejante o el sentido común determine la constante de una expresión estética.

    El tema deja mucho género para recortar y no sería mala idea desarrollarlo en alguno de los próximos artículos. De cualquier modo, amigo Beto, creo que he disipado el malentendido: en mi artículo no me refiero a “Cinematografía” sino a “Cinematógrafo”. Es por esto que en él expreso que “aplicar el concepto “Cinematógrafo de Bodas” a un realizador audiovisual, iniciador o heredero de expresiones estéticas definidas o por definir, dedicado exclusivamente o no a la grabación o filmación de bodas, es, decididamente, erróneo. “Cinematógrafo” es un aparato, un dispositivo “capaz de filmar y proyectar imágenes en movimiento”; el término, aunque en ocasiones se extienda al espacio donde se exhiben las películas, jamás podría acomodarse a una persona. Reitero, quien, en el contexto adecuado y en la forma correcta, pronuncia o escribe “cinematógrafo” no está refiriéndose a un cineasta, tampoco a un realizador de videos ni nada que se le parezca sino a una máquina patentada en el año 1894, creada, lo sabemos, por los hermanos Lumière.

    Un abrazo, compañero.

Leave a Comment