Escrito por; Jorge Eduardo Torres Videografo e instructor.

Hay muchas formas de contar la historia en video de un evento social, y también la historia de cada evento que lo compone.

Consideremos la homilía de una misa.

En mis inicios como videógrafo (principiante e inexperto), me parecía un asunto muy aburrido y, claro, eso quedaba claramente reflejado en mis videos.

Hoy en día, ya informado, la situación es diferente.

Contar la historia de la homilía de una misa suele parecerme un reto muy interesante y atractivo:

En primer lugar, ni se me ocurre eliminarla: sí la grabo, la proceso (edito), y sí la incluyo.

Al grabarla, estoy siempre muy atento para poder registrar las palabras (e imagen) del sacerdote cuando dice “tomen asiento un momento”. Y también me esfuerzo por grabar el momento (cuando concluye) en el que dice “pónganse de pié, vamos a continuar con la celebración”. De esta forma, aprovecho ese buen hábito que tienen los contadores de historias de siempre definir tanto un inicio como un final para sus relatos.

Ahora, durante el desarrollo de ese sermón (en el que debo grabar sin posibilidad de pedir segundas o terceras tomas: todo es “al vuelo”), grabo imágenes de los protagonistas (novios, quinceañera, etc.), y de tantos personajes secundarios (familiares y amigos prestando atención) como me sea posible, además de planos que puedan servirme como inercortes, planos de color, planos de reacción y planos detalle, sin dejar de atender en ningún momento al audio: lo que el sacerdote esté diciendo.

Así pues, grabo algo, escucho muy bien el audio, decido en qué momento cortar (puede ser al final de una frase que calculo que podré usar, o en medio de cualquier frase que calculo inservible), me esfuerzo por grabar el inicio de las frases también, pero no me preocupo mucho (como hacía en mis inicios, cuando no conocía valiosas técnicas para editar imágenes lo mismo que audio) por si alguna frase utilizable se me corta: ahora sé que en la edición reconstruiré todo el asunto.

Al editar, establezco el inicio y el final, y en medio reconstruyo la secuencia editando el audio de manera que luzca absolutamente continuo, y sólo después arreglo las imágenes: en algunos momentos pueden quedar ensambladas con cortes directos o brevísimas disolvencias, en otros momentos utilizo cortes divididos (lo mismo haciendo que el video se adelante al audio, que a la inversa), y cuando es absolutamente necesario, echo mano de esos intercortes y compañía.

Admito que todo esto platicado es ligeramente largo y puede parecer algo complicado. La verdad es que conociendo las técnicas para grabar y editar que utilizan los videógrafos profesionales de nivel avanzado, la homilía de una misa y todos los demás eventos de un evento social, llegan a ser muy divertidos de grabar y editar; y eso, indiscutiblemente, suele quedar reflejado en el trabajo final.

Muy bien, ya lo sabes, para conocer esas técnicas profesionales de grabación y edición, y verlas en acción sin tener que leer tanto, adquiere mis videos TECNICAS AVANZADAS DE EDICIÓN vol. 1, CÓMO GRABAR UNA BODA, y a los otros tres.

JET

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